PUERICULTORIO

La experiencia vivida el viernes en el Puericultorio con niños de cinco años fue una actividad enriquecedora y reveladora sobre la importancia de la observación, el acompañamiento, el desarrollo psicomotriz en 5 años… Esta práctica, organizada junto a mis compañeras Maddi, Mariana y Valeria, implicó no solo diseñar un plan de “actividades”, sino también interactuar con los niños de manera respetuosa y orientativa, utilizando materiales como telas, mantas, peluches, bloques, aros y pelotas, entre otros. Este enfoque nos permitió explorar el mundo emocional y conductual de los pequeños mientras fomentábamos su desarrollo motriz y social.

Desde el inicio de la actividad, quedó claro que nuestra función no se limitaba a dirigir, sino a acompañar y guiar sin intervenir de forma directa. Este planteamiento, alineado con las teorías de Wallon (1975), quien considera el juego como una herramienta clave para la expresión emocional y el desarrollo psicomotor, permitió a los niños explorar su creatividad y gestionar sus emociones en un entorno seguro. 

Durante la observación, noté cómo algunos niños necesitaban mayor afectividad, lo cual se manifestaba en gestos como buscar constantemente el contacto físico o mostrar dependencia emocional hacia objetos, como fueron los peluches. Nos preguntaban si se los podían quedar. Winnicott (1971) destaca que los objetos transicionales, como los peluches, cumplen una función crucial en la construcción de la seguridad emocional del niño, facilitando la transición entre la dependencia y la independencia.

Por otro lado, también identifiqué comportamientos que requieren atención especial, como el de un niño que lanzaba objetos tanto a mi como a sus compañeros. Esto me da a entender que puede tener  dificultades para regular su conducta y respetar las normas del grupo. Asimismo, también me llamó la atención el caso de una niña que prefería esconderse bajo las mantas y con su peluche.

A pesar de lo gratificante que fue esta práctica, también enfrentamos desafíos, especialmente en la gestión del tiempo. Constantemente comentabamos que debían sentarse, escuchar y prestaran atención para que mis compañeras pudiesen hablar y así poder comunicar cuál iba a ser  la actividad que continuaba. Esto si que creó un atraso en la representación artística en la despedida, retrasando también a mis otras compañeras que venían con otro grupo. Este aprendizaje resalta lo que señala Dolto (1985) “la planificación de actividades para niños pequeños debe ser flexible, considerando su capacidad de atención limitada y su necesidad de exploración autónoma”.

A fin de cuentas, esta experiencia reafirmó la importancia de la sensibilidad y la observación en el Puericultorio. Fue un recordatorio de que, más allá de las actividades estructuradas, lo esencial es conectar con los niños desde el respeto y la empatía, permitiéndoles expresarse libremente mientras se les guía hacia un desarrollo integral. Aunque el tiempo fue breve, el impacto emocional y profesional que dejó en mí fue significativo, y sin duda, desearía repetir y profundizar en este tipo de prácticas en el futuro.

BIBLIOGRAFIA.

- Wallon, H. (1975).  Los orígenes del carácter del niño: los preludios del sentimiento de personalidad. Ediciones Nueva Visión. https://saberespsi.wordpress.com/wp-content/uploads/2016/09/wallon-los-origenes-del-caracter-en-el-nino-pdf.pdf 

- Winnicott, D. W. (1971). Objetos transicionales y  fenómenos transicionales. En Realidad y juego (pp. 17-45). Gedisa. https://catedraedipica.wordpress.com/wp-content/uploads/2010/02/winnicott-realidad-y-juego.pdf 

- Dolto, F. (1985).  La causa de los niños. Paidós. https://es.scribd.com/document/389596987/Dolto-Francoise-La-causa-de-los-ninos 




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