SIENTE CON TUS SENTIDOS
La sesión de vendaje en los ojos y recolección de pelotas fue una de mis actividades favoritas, resultó ser una experiencia enriquecedora tanto a nivel personal como grupal. El ejercicio comenzó con algo simple, como cubrirnos los ojos y explorar el aula sin la ayuda de la vista. Este inicio despertó en mí una mezcla de miedo y curiosidad; el temor a chocar contra algún obstáculo me hizo más consciente de mis movimientos. Aunque en algún momento llegué a chocarme y me reía cada vez que lo hacía. A medida que avanzaba la actividad, se nos pidió unirnos con la primera persona que encontráramos cerca. Este cambio nos exigió recurrir a la comunicación no verbal y prestar más atención a nuestros sentidos para ampliar nuestra percepción del entorno. Según Calvo y Lobato (2021), este tipo de dinámicas no solo fortalecen la confianza en uno mismo, sino que también estimulan la interacción entre los participantes, promoviendo habilidades de cooperación y empatía.
La segunda parte de la sesión, que implicaba actividades con pelotas pequeñas, añadió un toque de creatividad y espontaneidad. Al imaginar diferentes usos para las pelotas, como lanzarlas, patearlas o mantenerlas en el aire, me di cuenta de cómo algo tan sencillo puede convertirse en un hecho significativo y divertido. Las dinámicas lúdicas, como señala Martínez (2022), no solo potencian la imaginación, sino que también contribuyen al desarrollo de habilidades motoras y sociales, algo esencial en el ámbito educativo.
Para cerrar la dinámica de las pelotas y que fuese más dinámico, hicimos un juego con las pelotas de competencia, donde jugamos a recoger la mayor cantidad de pelotas. Este elemento de competencia despertó una sensación de adrenalina que duplicó mi disfrute de la actividad. La diversión y el entusiasmo derivados de este juego resaltan la importancia de incluir dinámicas competitivas saludables en los entornos educativos, como sugieren Fernández y Torres (2020), ya que estas fomentan la motivación intrínseca y la participación activa.
Finalmente, al sentarnos en círculo para compartir nuestras impresiones, reflexionamos sobre los aportes que nos conllevó esta práctica. Esta actividad no solo nos permitió desconectar de la rutina, sino que también nos ofreció una oportunidad única de experimentar el mundo desde una perspectiva diferente. Además, nos recordó la importancia de trabajar en equipo, ser creativos y enfrentarnos a desafíos con actitud positiva.
En conclusión, esta práctica no solo fue una fuente de diversión y aprendizaje, sino que también reafirmó mi interés por incorporar dinámicas lúdicas y sensoriales en mi futuro como docente. Estas experiencias nos recuerdan que el aprendizaje significativo no siempre se encuentra en los libros, sino en las vivencias que nos desafían y nos hacen crecer como personas y profesionales.
BIBLIOGRAFIA.
- Calvo, R., y Lobato, M. (2021). Dinámicas sensoriales en el aula: herramientas para la educación inclusiva. Madrid: Ediciones Pedagógicas.
- Fernández, L., y Torres, P. (2020). El juego competitivo como estrategia de aprendizaje. Barcelona: Innovación Educativa Press.
- Martínez, A. (2022). Creatividad y movimiento: claves para un aprendizaje activo. Sevilla: Editorial Educactiva.
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